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La primera vez que escuché de Go Sei Shu sería hacía finales de 2009, la burbuja económica en Estados Unidos acababa de reventar, se venía la nueva década, todos esperaban con ansias lo que pasaría de cara al futuro. Una amiga que enseñaba mandarín en una universidad me contó que esperaba recibir a un amigo artista que conoció en China. Go Sei Shu me sonó algo desconocido, misterioso y evocador, pero lo fue aún más cuando ella me contó que “se intentó suicidar junto con su amante”. Eso atrajo mi atención de inmediato, así que esperé un par de semanas hasta que, por intervención de mi amiga, pude tener una entrevista con él.

Juan Pablo Rodríguez, Universidad Central

Soy Juan Rodríguez, de nombre tan común como las cosas que cualquiera ve y a fuerza de costumbre termina evitando para no aburrirse. Tal es la vida que llevo, entre sueños, siendo molestado por la electroquímica corporal y probablemente esa pequeña dosis de paranoia que me lleva a no dejar nada personal genuino. Me dedico a reírme antes que otra cosa; lo demás, diría cualquiera, es pura pretensión. Soy un soñador inútil tomando honor en ello, porque incluso los inútiles sueñan, bien podrán ser cosas inútiles, pero ¿hay algo más humano que eso? Sí, definitivamente un soñador con esa cualidad.

Rodríguez, J. P. (2023). Un último biombo. Hojas Universitarias, (84), 126–138. Recuperado a partir de http://revistas.ucentral.edu.co/index.php/hojasUniv/article/view/3322

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Recibido 2024-02-20
Aceptado 2024-02-20
Publicado 2023-12-15

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