Estado de sitio: la democracia invisible
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A Valentina, mi hija, quien en una de tantas ocasiones
vio cine conmigo en esta sala,
estando su hermano ausente pero presente.
Hoy, Valentina está presente, pero ausente en definitiva.
Quizás y paradójicamente una forma de presencia más eficaz…
A Santiago, su admirable hermano, y a María del Rosario, su valiente mamá,
quienes me han infundido el coraje necesario para soportar esta orfandad.
Y a Marthica, por lo mismo: por su infinita paciencia, denodada entrega, lealtad sin par.
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Aceptado 2017-05-04
Publicado 2017-05-04
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