El hambre que asedia el capital: la deconstrucción como crítica al liberalismo
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Este artículo analiza el carácter espectral del hambre, en tanto resto incontenible de conflictividad social que no puede ser confesado por el orden liberal ni aplacado por el aparato represivo del Estado. Decidir quién come y quién no, es propio de lo político, instancia sacrificial que no se agota en el mundo gobernado por el mercado. Derrida nos invita a dejar de lado la pretendida inocencia, reconocer que somos responsables ante el hambre de cualquier/absolutamente otro, para hacer lugar a la llegada de esa “democracia por venir”, que sueña con sacrificar el sacrificio.